Testimonio escrito por un querido voluntario de CARITAS ya venerable al par que muy querido
¡CARITAS! ¡Que hermosa palabra¡
¡Cuantas connotaciones encierra!, y sin embargo que superficialmente conocemos, tratamos y comprendemos. Esencialmente es, ya lo hemos señalado en más de una ocasión, la expresión del AMOR en su doble vertiente: DIOS Y HOMBRE; los dos pilares básicos de nuestra FE; interdependientes entre sí, pues no pueden darse por separado. Amor a Dios conlleva también el amor a nuestros semejantes “prójimos”. De cómo lo manifestamos dependerá el resultado de nuestros propósitos y actividades a realizar.
De todos es conocida la eficiente tarea que Caritas viene desarrollando dentro de la compleja estructura social en que nos encontramos inmersos.
La sociedad así lo reconoce unánimemente, y la Iglesia le otorga, como entidad, un relevante papel en el ámbito de sus múltiples y variadas actividades.
La estimable y meritoria labor que Caritas realiza en el entorno de nuestra parroquia no siempre es vista y valorada como merece. La entrega que sus voluntarios prestan, el tiempo que le dedican y las dificultades y imprevistos a que se enfrentan, constituyen de por si un complejo sumario a tener en cuenta y prestarle una mayor afección y un más solidario apoyo.
Nuestro propósito en esta “pequeña memoria” es dar a conocer todo lo que Caritas es y lo que esta representa en el seno de nuestra parroquia y en el entorno social de la misma, y subraya la doble finalidad que persigue y los múltiples logros alcanzados desde sus inicios hasta el momento y circunstancias actuales.
Advertimos, no obstante, que aunque toda la memoria haga siempre referencia a un pasado, este puede tener continuidad en el presente y proyectarse en un futuro más o menos distante. Pasado y presente, aun con sus distintivos propios, pueden estar estrechamente relacionados y formar una realidad visible y difícil de diferenciar.
Esbozamos tres momentos o etapas en esta nuestra historia
COMIENZOS – CONSOLIDACION – ACTUALIZACION
Comienzos: “Una gran caritas tiene sus comienzos en un solo paso”.
Ese paso se dio en el año 1990, y lo dieron un reducido grupo de amigos al proponer el reverendo D. José Cervantes, recién nombrado párroco de nuestra Iglesia, a tener en cuenta esa humillante lacra social que denominamos pobreza y prestar atención a quienes la padecen, esos que generalmente tildamos de pobres, La buena acogida que dispenso a nuestra sugerencia la eficiente colaboración que presto a la misma hicieron posible su realización. Agradecemos por tanto, y de corazón, todo el apoyo que nos presto. Sus múltiples orientaciones y sus acertados consejos hicieron realidad nuestro proyecto.
Fernando Sánchez, Pedro Ortega, Salvador Saura y Alberto Calatayud, eran los integrantes del grupo citado, los tres primeros incluyeron a sus respectivas esposas: Fina Cuesta, Teresa Manzanera y Gina Alcaraz. Alberto no pudo hacerlo dada la precaria salud de la suya. Así pues, la lista quedo configurada con estos ocho miembros a esta, incierta aventura.
Todos nos sentimos satisfechos y optimistas en la primera reunión que como grupo tuvimos, decidimos por unanimidad que Fernando fuera quien tomara el timón de la “nave” recién flotada y marcara las directrices a seguir. Fernando, hombre activo, bondadoso, cordial, fue nuestro primer director.
“Lo difícil es empezar” dice otra sentencia popular y así se empezó, de una forma precaria y con unas dificultades a superar: falta de experiencia, el reducido espacio de que disponíamos, los exiguos medios económicos y materiales de que disponíamos.
Yo sé bien lo que tuvimos que bregar para salvar todos estos escollos y salir airosos en nuestra misión.
Se planifico una distribución del trabajo entre los componentes para fijar las distintas actividades a ejecutar en los distintos ámbitos de actuación. Tres fueron las funciones más destacadas en nuestro trabajo:
Acogida - Seguimiento - Ayuda
Acogida: suponía establecer dialogo, toma de datos y confección de ficha (lunes y viernes). Responsables Fernando y Alberto.
Seguimiento: comprendía visitas, comprobación de situaciones y datos recogidos para obrar en consecuencia.
Responsables: Fernando, Pedro, Salvador y Alberto se dedicaba el domingo a tal función.
Ayudas: todo lo referente a las necesidades básicas: alimentación, farmacia, vestimenta etc... Responsables Fina, Teresa y Gina. Ellas se hacían cargo de las necesidades recogidas en el apartado del seguimiento.
No quiere decir esto que trazaran compartimentos estancos, pero si resaltar unas responsabilidades para poder actuar en consecuencia.
No transcurrió mucho tiempo y ya fuimos tomando firmeza y popularidad. El número de voluntarios se fue incrementando de forma notable y con ello se diversificaran las actividades. Entre las nuevas incorporaciones destacamos Antonia López, Santi Alcaraz, Juan Antonio Salinas, Francisco Hernández, Juanito, Sor Inés y posteriormente se fueron incorporando mas voluntarios como Sor Gloria, Maruja Zaragoza, Fuensanta Zaragoza, Montse Albero, Ángel Guerrero, Francisco Martínez…
El clima de cordialidad que reinaba ente nosotros era patente. Todos estábamos compenetrados y cumplíamos eficazmente todo lo encomendado.
Los lunes celebrábamos la reunión semanal en la que se trataba lo realizado en la semana anterior y se reseñaba lo referente a la siguiente. Todo ello se reflejaba en la consiguiente acta que Alberto como secretario confeccionaba.
A este aumento de voluntarios hay que adicionar también el de socios y colaboradores que repercutió de manera notable en nuestra economía y permitió una mayor efectividad en las correspondientes prestaciones. Todo esto fue creando en nosotros y en nuestro ambiente un clima de confianza y seguridad que se tradujo en la puesta en marcha una serie de cambios e innovaciones que van a determinar una nueva y a configurar su perfil.
CONSOLIDACION
Este nuevo periodo viene determinado por una serie de acontecimientos que se dan en la sociedad de estos momentos. Caritas no permanecerá indiferente a los mismos, los asumirá y obrara en consecuencia, tomando nuevas posiciones y las respectivas actuaciones. La complejidad de las mismas hace que nuestro trabajo no tenga la fluidez y regularidad que desearíamos. Intentaremos, por tanto, desarrollarlo por apartados separados.
El primer capítulo a considerar es el referente a la instalación y puesta en marcha de algo que nos llevaba de cabeza “el ropero”.
El limitado espacio de que disponíamos para todo lo relacionado con nuestras actividades no permitía la dedicación y cuidado que su alcance merecía. La afluencia de personas con necesidad era tal, que desbordaba todas nuestras posibilidades. Determinamos darle un trato parte, a las diferentes actividades para descongestionar así el abrumador ambiente que nos rodeaba.
Encontramos u local que por su ubicación y amplitud, nos pareció el más apropiado a nuestros propósitos, lo adquirimos en alquiler un vez debidamente acondicionado lo pusimos en funcionamiento de inmediato. Fijamos un horario de recepción y destinamos a Santi, Maruja, Montse y Sor Inés como responsables del mismo. Esto supuso una mayor disponibilidad de espacio y tiempo para los demás quehaceres. Otra novedad a considerar fue el respaldo que dimos al “Proyecto Caixa pro infancia”. Consiste en la ayuda en cheques para familias con hijos menores de tres años con riesgo de exclusión social. Comienza este servicio en septiembre del año 2007, y persiste hasta hoy. Se inicio dentro de las atenciones prestadas por “caritas”, pero dada su complejidad y la especial atención que requería, tuvimos que atenderla por separado, aunque siempre ligada a Caritas. La responsabilidad de esta nueva actividad recae en Fuensanta Zaragoza y Ángel Guerrero. Posteriormente se incorporaron Teodoro Lujan y Marta Amat.
Nuevos compromisos y nuevas orientaciones:
Programamos reuniones periódicas para tener una visión conjunta de las carencias familiares recogidas y valorar así el alcance de las mismas, estableciendo de manera unánime las asistencias correspondientes. En una de ellas, reflexionamos en la presencia de otras pobrezas, en la existencia de otras desgracias mucho más profundas y sangrantes que mancillan la dignidad e integridad de la persona.
No habíamos recabado en miserias tan graves como: adicción a las drogas y el alcohol, la tristeza que supone la soledad, sobre todo en la tercera edad, el maltrato a la mujer la falta de vivienda etc.
Fernando hizo hincapié este tipo de infortunios e incito a esforzarnos en poner todos los medios a nuestro alcance para hacer frente a la gravedad que estas desdichas exigían. Estimamos que para encarar de manera eficaz este nuevo reto no podíamos proceder en solitario., era necesaria la conexión con otras instituciones ya existentes y mucho más preparadas en estas lindes.
Conectamos pues con organizaciones oficiales y centros benéficos oportunos para poder garantizar una más segura y eficaz orientación a estos nuevos indigentes como:
*Servicios Sociales
*Jesús Abandonado
*Proyecto Hombre
*La Huertecica
*Residencia de 3º edad
*Instituciones Sanitarias.
Con todo ello conseguimos mitigar la penosa situación en que se encontraban algunos, orientándoles en los caminos a seguir para su recuperación y su factible reinserción.
Cooperamos también con varias fundaciones benéficas con donativos habituales como:
“Centro de Atención al Menor”
“Jesús Abandonado
“Manos Unidas”
“La Huerticica y Proyecto Hombre”
Participamos en promociones benéficas ubicadas en zonas deprimidas de otros países, colaborando en proyectos de desarrollo social, creados y dirigidos por personas íntimamente ligadas a nuestra parroquia.
José Cervantes y Pepe Fuentes en El Alto y la Paz Bolivia
Francisco Lerma Mozambique
José María Hidalgo Honduras
Mama Josefa en el Congo
El esfuerzo y la dedicación fue todo esto supuso, desemboco en unos nobles resultados de los que todos nos sentimos contentos y plenamente satisfechos.
Enmarcados en este ambiente, comentamos lo interesante y beneficioso que seria para nosotros crear el establecimiento de una caritas interparroquial. Propusimos la idea al entonces párroco de santa Rosa D. Francisco Moya, y aunque fue bien acogida, no pudo llegar a realizarse dada la precaria situación en que se encontraba esta parroquia y lo embarazoso de su entorno. El cambio que supuso el nombramiento de D. José Tornel como párroco y sobre todo la inauguración como del nuevo templo, favoreció la hermanacion de nuestros contactos.
Nuestra Parroquia estaba entonces regida por D. Antonio Guardiola, entre ambos se iniciaron estrechas relaciones, y aunque no se configuro una plena caritas interparroquial, si se consiguió una amplia y valiosa relación de la que dodos salimos favorecidos.
El ambiente familiar que imperaba entre nosotros se vio notablemente afectado por algunos acontecimientos que por entonces acaecieron. El más influyente fue sin lugar a dudas el fallecimiento de nuestro director Fernando Sánchez agüera. Esta irreparable pérdida supuso para todos una desolador vacio. Nos sentimos muy unidos a él, a su ausencia nos sumía en una fase de desconcierto y desorientación. Fernando era muy conocido y querido en el entorno familiar y su pérdida origino un sentido pesar. Ocurrió este percance el 23 de Marzo de 2001, coincidiendo con el periodo de D. José Antonio Granados, párroco por entonces, en la etapa de D. Antonio Guardiola se le hizo un merecido homenaje. Una enmarcada fotografía, acompañada de un emotivo texto del cronista D. Francisco Jiménez presido, desde entonces, nuestro salón de acogida.
Fernando conllevaba desde hacia tiempo una grave e irreversible dolencia que iba acentuando de forma alarmante, su notable pedida de ánimo, su visible abatimiento, se presagiaba ya el inmediato y fatal desenlace
Reflexionando sobre la situación y el futuro del grupo, tomo la decisión de proponer a Francisco Martínez como responsable de la dirección. Paco reunía las condiciones idóneas para este fin, se le consideraba un buen compañero, su sencillez y buenas maneras le distinguían. Todos le teníamos una gran estima. Le aceptamos gustosos y es desde momento nuestro actual y eficaz director.
A la perdida de Fernando hay que sumar las de Antonia Velasco, vinculada a asuntos de farmacia, Francisco Hernández , contabilidad y tesorería, Sor Inés en el ropero , Salvador Saura este había causado baja por motivos familiares hace algún tiempo pero fue uno de los fundadores y Diego López fallecido últimamente.
Como es lógico sentimos mucho estas pérdidas y pedimos por su eterno descanso.
También llegaron nuevos voluntarios que se integraron en nuestra estructura, y su adhesión supuso un valioso soporte para el múltiple trabajo que había y el que se avecinaba, como son Carmen García, Dolores Eugenio, Paco Velasco, José Moreno, Diego López y algunos más que se van incorporando a lo largo de estos años. No puedo pasar por alto la soltura, empuje y vivacidad que prodiga Carmen en los diversos cometidos que atiende. En verdad que merece una encomiable atención.
Estamos ya pisando los prolegómenos de la nueva etapa o periodo que tildamos como “tiempo presente”. Antes de comenzar el desarrollo de mismo. Quiero hace un consideración; un resumen de lo que Caritas ha significado en el ejercicio que hemos comentado.
El trabajo se ha hecho preferentemente “de puertas hacia fuera” como vulgarmente decimos. La calle fue su predilecto campo de acción, allí estuvo presente siempre que fue requerida, y allí perpetro su primordial deber: hacer frente a la pobreza y atender solidariamente con quien la padecen. La posición tomada ante el virtual menesteroso, fue siempre la activa. Era mucho más rentable la acción: salir en busca de…., que adoptar el porte receptivo: esperar la llegada de, adelantarle a los acontecimientos fue el lema a seguir, y a ello se debió la mayoría de los aciertos conseguidos, también habiendo un clima de confianza y familiaridad con los necesitados que derivo en un sincero y reciproco afecto.
Todos los ámbitos de nuestro tiempo se han visto alterados de forma contundente por el acontecimiento de “algo que nos ha marcado y perturbado su habitual perfil la CRISIS”.
Sus funestas y encadenadas consecuencias quedan bien patentes: el paro, restricción en prestaciones y ayudas, impago de hipotecas….
Esto ha desembocado en un estado de inquietud e inseguridad de resultados difícil de predecir.
Este problemático panorama se ve agravado por otro fenómeno colectivo: “LA EMIGRACION”. Supone este un conplejo amalgama de razas, culturas, lenguas religiones… que dificultan de manera notoria las relaciones con la población en general.
Por entonces regia nuestra parroquia D. Antonio Guardiola, tanto él como nosotros nos vimos involucrados en los referidos acontecimientos. Por lo concerniente a carias destacamos:
*La gran avalancha de emigrantes que requerían asistencia.
*La dificultad que llevaba consigo el desconocimiento de la lengua.
*El reducido espacio de que disponíamos y la precariedad de medios materiales y económicos con los que contamos.
El voluntariado era en estas condiciones insuficiente para a tender a tantos compromisos.
D. Antonio por su parte, no era ajeno a estas precarias y solicito públicamente y en varias ocasiones las ayudas necesarias para poder mitigarlas. El local era una de nuestras más apremiantes necesidades. El que poseíamos era insuficiente para albergar la multitud de personas que acudían a nuestras usuales acogidas. La mayoría de las personas se tenían que quedar en la calle, esperando su turno para ser atendidos. Era verdaderamente deprimente contemplar algunas escenas que estas situaciones originaban.
El Sr. Fernando Villalobos, un empresario de la localidad cedió a la parroquia un amplio y valeroso local de su propiedad, que disponía de varias dependencias, que era idóneo para nuestras necesidades. D. Antonio lo puso a nuestra disposición, y a él trasladamos todos nuestros enseres y actividades. Esto supuso una mayor agilidad y fluidez en el ejercicio de las correspondientes actuaciones. No obstante, era tal la afluencia de gente y tan variado el cariz de las peticiones de ayuda que hemos tenido que establecer un estricto horario de acogidas y limitar el número de familias a atender.
Nuestros actuales párrocos D. Andrés y D. Antonio, son conscientes de las múltiples dificultades con que tropezamos y de los acuerdos adoptados. Nos animan a continuar en nuestra línea sin preocupaciones ni complejos: el que hace lo que puede no está obligado a mas. Dan a conocer a los demás todo lo que se realiza, solicitando las aportaciones necesarias para mejorar los resultados.
Todo lo que acabamos de exponer ha llevado consigo un cambio de actuar, una nueva forma de relacionarse con los indigentes. Aquellos gestos de intimidad y amabilidad ya detallados, se han difuminado o desaparecido casi por completo. A la posición activa adoptada “salir a la calle a buscar la pobreza”, sucede ahora la pasiva: recibirla en los despachos. Allí pedimos una serie de datos que detallamos en una ficha confeccionada para este fin. En ella deben se: nacionalidad, situación familiar, ingresos…, que poco tienen que ver con nuestra verdadera finalidad, pero que así se nos exige. Una fría y rutinaria acogida cuyo único fin lo constituye la consabida ayuda solicitada merece su posible concesión. Es elogiable la entrega y dedicación de los nuevos voluntarios implicados en el presente de la entidad y sobre todo la manera de estar en todas partes de Carmen, creo que goza el don de la omnipresencia.
Aunque yo echo de menos el pasado acontecer, comprendo que nuevos tiempos requieren nuevas actitudes y compromisos, y aunque añoro lo anterior aceptó con agrado el presente, pues estoy plenamente convencido de que aun con diferente rostros y figura, sigue permaneciendo en “caritas” el verdadero espíritu de su encomiable existencia: la expresión del AMOR preciada divina que debe ostentar y ostenta su único y peculiar estandarte.
EPILOGO
Debido a la grave crisis que estamos padeciendo desde hace algunos años, y la gran entrada de inmigrantes en la llamada burbuja inmobiliaria, que ha producido más daño que beneficios, se produce un desbordamiento de personas que acuden a nuestras caritas a pedir ayuda, ya que estas familias inmigrantes sobre todo de origen musulmán, se quedan sin trabajo, son desahuciadas de sus viviendas y no ven otra salida que la de acudir a pedir ayuda. Por ello tenemos un incremento anual sobre 250 familias, en estos años de crisis, llegando a estos momentos a tener más de 1300 expedientes de familias que nos han pedido ayuda. Actualmente venimos atendiendo mensualmente a unas 400 familias. Gracias al nuevo local “BEATO FORTUNATO”, y en la restructuración y ampliación del grupo de Caritas, logramos atajar la gran avalancha de personas que nos vienen en busca de ayuda. Reforzando todos los proyectos tanto de acogida, ropero, visitas a domicilios y entrega de ayudas. Debido a las nuevas leyes de protección de datos informatizamos mediante una ficha “SICCE” todos los datos y necesidades que nos solicitan. Lo que si mantenemos, la estructura desde su fundación, que son las reuniones después de las acogidas (“escuchar y se sienta escuchado”), para puesta en común con los voluntarios de las ayudas a practicar, visitas a domicilios etc.